Martes, 19 Abril 2016 08:05

EL TENDEDERO: LA VERSIÓN DE BETSABÉ PIÑA

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19Foto: Brenda Hernández Novoa

EL TENDEDERO. La actividad cotidiana de “tender ropa” fue tomada en la instalación de la artista Mónica Mayer hace casi 40 años, en una obra que sigue viva. 

En lazos, con ganchos para tender ropa y al aire libre, se cuelgan papelitos color rosa. Los papeles narran sucesos de acoso callejero que viven las mujeres al transitar por una ciudad en la que, sólo por su género, son trastocadas con miradas, sonidos, frases y hasta “toqueteos” intimidatorios.

“El tendedero” de Mayer ha sido reactivado y retomado en muchos espacios.

Centro Cultural Universitario (CCU). Es un martes por la tarde, faltan algunos días para que dé inicio la exposición "Si tiene dudas... Pregunte" en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) y en donde se situará "El tendedero" por varios meses.

Junto con Mónica y otras participantes, caminamos por los espacios del CCU volviendo “El tendedero” una instalación móvil. Le pedimos a mujeres que contesten cuatro preguntas, las respuestas se cuelgan en el lazo, las cuales son leídas con curiosidad por otras personas.

Algunas mujeres que participan en la instalación se desconciertan con el tema o se sienten avergonzadas, otras escriben sin reserva. Yo me acerco a pequeños grupos de mujeres, ellas, entre enojos y risas, describen las agresiones que han sufrido en el transporte público. “No hay que ser mayor de edad para recibir insultos, tenía como 10 años cuando un tipo me molestó en la calle”. “La última vez que me acosaron fue ayer”. Una mujer, al pasar, se interesa en nuestra plática: “¿Puedo participar también?”. Otra mujer pide que se incluya a los hombres en la actividad, pues ellos son violentados de muchas maneras en la calle. Se crea empatía con cada persona que participa, es una atmósfera íntima.

Actualmente, hay un gran número de trabajos que se están realizando en contra del acoso callejero hacia las mujeres: acciones artísticas, movilizaciones civiles y apoyo para penalizar del acoso. El tema tiene una gran capacidad de convocar gente: todas las mujeres que transitamos en la ciudad nos hemos sentido intimidadas con gestos, agredidas con frases y enojadas de que un desconocido nos tocó sin nuestro consentimiento. Parece una experiencia obligada en nuestra vida diaria. 

El tendedero es la construcción de un espacio de confianza y confesión, que se contrapone a agresiones que nos tomaron desprevenidas, donde muchas veces no pudimos hacer algo más que gritar, reír o llorar. Participar en las luchas y acciones actuales nos permite ir más allá.

En las reactivaciones de "El tendedero" se intercambiar miradas y gestos comprensivos; se impulsa un fuerte deseo de que las mujeres nos sintamos tranquilas y seguras al caminar por la calle y, sobre todo, se lucha por que se deje de normalizar la violencia hacia la mujer. 'El tendedero' que inició hace 40 años, dejará de tener vida cuando esto se logre en nuestra ciudad. 

 

Betsabé Piña. 19 de abril de 2016

Modificado el Martes, 19 Abril 2016 08:10