Abrazos es un performance participativo que empezamos Víctor Lerma y yo en 2008, cuando nos invitaron a un festival de performance en Transilvania y les pedimos a nuestros amigos en FB que nos compartieran la historia de un abrazo significativo para dárselo a alguien del público allá. Durante la acción, uno de nosotros relataba el abrazo y el otro lo daba. Ahora hicimos 13 gafetes con 5 historias de abrazos c/u para que el público se los ponga y le pida a alguien más que seleccione uno y se los comparta.
En el sitio de Pinto mi Raya hay más información sobre la pieza y aquí se documenta esta reactivación.
Fotografía proporcionada por el museo.
En mayo de 2016 recibí un correo electrónico de Loreto Ledezma invitándonos a Víctor y a mí a participar en la exposición ¿Qué pasa en el arte actual? Artistas que ya no quieren pintar en Artequin Viña del Mar, que es un museo educativo de arte en Chile. Por lo que entiendo, es el equivalente a los museos de ciencia para niños que tenemos aquí como Universum, pero sobre arte. Nos invitaba específicamente a presentar documentación y permitir la reactivación de Abrazos, performance que realizamos originalmente en Rumanía (2008) e Israel (2009) y posteriormente se hicieron reactivaciones durante Si tiene dudas… pregunte. Una exposición retrocolectiva de Mónica Mayer en el MUAC en la ciudad de México. Aceptamos inmediatamente. Si algo nos entusiasma son los espacios en los que se puede jugar con el arte y desdibujar las fronteras entre lo pedagógico y lo artístico.
La propuesta para Chile consistió en enviar un video entre documental y explicativo y los gafetes que utilizamos en la reactivación del MUAC para que los usaran grupos de niñas y niños. En el blog del museo hay una breve entrevista sobre el proyecto. Ojalá que a chiquillada lo haya disfrutado y entendido que algunos artistas sólo queremos jugar.
Mónica Mayer 2016
Fotos Nimrod Gershoni
Abrazos es un performance participativo que empezamos Víctor Lerma y yo en 2008, cuando nos invitaron aI Festival de Performance México-Transilvania en Rumanía y que también presentamos en 2009 en el Festival ZAZ en Israel. Aquí la documentación de la pieza original.
Como Pinto mi Raya es un proyecto muy local, pensado para nuestra comunidad y además creemos que 80% de un trabajo es su contexto, cuando aceptamos ir a otro país proponemos acciones básicas de encuentro como ir a decir quiénes somos o llevar un abrazo. Son pequeños puentes. Tratamos de evitar proyectos turísticos, de esos en los que los artistas van a otra parte del mundo y en tres días hacen un trabajo sobre esa comunidad. De igual forma procuramos alejarnos de proyectos de corte asistencialista.
En 2008 nos metimos a FB, que cada día agarraba más fuerza, y empezamos a utilizarlo para desarrollar proyectos artísticos. Para Abrazos les pedimos a nuestros amigos que nos compartieran la historia de uno que hubiera sido significativo para ellos para ir a dárselo a alguien del otro lado del charco. Poco antes habíamos tomado algunos talleres de cuenta cuentos, disciplina análoga al performance en tanto que no hay personajes sino personas frente al público y esta pieza nos permitió jugar un poco estas ideas.
Presentar Abrazos en la exposición en el MUAC en este 2016 nos planteó el reto de mostrar una acción que involucra totalmente al cuerpo del público en un museo. Colgar la documentación fotográfica del performance nada más no daba el ancho por lo que decidimos diseñar unos gafetes con las historias de los abrazos, para que el público se los pusiera e hiciera la pieza por su cuenta o con los Enlaces, que son los jóvenes de servicios educativos que apoyan a los visitantes en el museo. La idea de que fueran gafetes viene de nuestro proyecto La de mayo: Garden Exhibition, una exposición/performance que hicimos en 1999 en la cual al entrar el público se ponía un gafete con la obra expuesta y tenía que acercarse a los demás para ver el resto de la exposición.
Foto Oliver Santan
En la muestra hay 13 gafetes con 5 historias de abrazos cada uno.
Originalmente la idea era que el público se los pusiera y fuera a darle el abrazo a otra persona en laexposición, pero decidí sólo activarla personalmente o a través de los Enlaces para evitar algún malentendido o un posible caso de acoso.
La primera reactivación de la pieza fue durante la inauguración, cuando un grupo de cómplices nos ayudó llegando vestidos de negro, poniéndose los gafetes y compartiendo las historias y los abrazos.
En mi primer recorrido seguimos ese mismo formato, pero la pieza fue agarrando su propio caminito gracias a las sugerencias de los Enlaces. En versiones subsecuentes nos pusimos en círculo, leyéndolos colectivamente, lo cual permite escuchar varias historias y que cada persona dé y reciba y abrazo.
Desde un principio la pieza ha resultado muy emotiva. De hecho, me gustan más las versiones que hemos hecho en México que las que fuimos a hacer a otros países. Casi siempre hay alguien que llora cuando lee algún abrazo que le toca fibras personales, pero invariablemente hay rostros felices y el ambiente en el grupo se hace más cálido.
Foto: Ulises Valderrama
A lo largo de los meses yo he conducido la pieza en más de 40 ocasiones y los Enlaces otras tantas. Han sucedido cosas sorprendentes. En ocasiones las personas deciden compartir un abrazo personal en lugar de leer una de las de los gafetes, a veces son abrazos secos y otros eternos.
Quizá el que recuerdo con más afecto es el día que llegó mi colega performancera Diana Olalde a uno de los recorridos y casualmente le tocó el abrazo que ella nos había enviado años antes. Lo leyó, lo dio y fue muy emotivo.
Todas las fotos que no traen crédito son de Mónica Mayer
Mónica Mayer, 2016