Viernes, 18 Marzo 2016 16:24

18 de marzo de 2016. De Mónica a María Laura

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18 de marzo de 2016. De Mónica a María Laura

Querida María Laura,

Que bien que retomamos esta larga conversación cuya primera parte quedó registrada en el catálogo de la exposición. He estado tan ocupada entre las visitas guiadas a la exposición, el Editatón de Mujeres Artistas y tratando de hacer un registro de todo, que no había tenido tiempo de responder. Por cierto, ¿viste que el catálogo se puede descargar de internet? Pensaba subir los correos anteriores al blog, pero creo que con eso es suficiente.

Para mí, el arte no es cuestión de fe, porque eso implicaría aceptarlo acríticamente. Lo que en cualquier época entendemos como “arte” proviene de una serie de ideas que venimos amasando como humanidad desde muchos milenios que nos han llevado por diversos caminos diversos. Como artista no querría que los historiadores crean en lo que planteo o siquiera que les guste, pero sí que entiendan la manera en la que mi trabajo se inserta (o no) en esa cadena de ideas. El público general puede creer o no en cierto tipo de arte, pero quienes lo estudiamos tenemos que entender que más que objetos o acciones artísticas, lo que hay es un fenómeno artístico que sucede entre quienes producen arte, lo legitiman, lo distribuyen y lo consumen, que permite que éstos tengan relevancia o reverberen en determinados contextos. Lo mismo diría de la religión. Hasta siendo ateo puedes estudiar las religiones. Y sin duda podemos vivir sin arte contemporáneo, pero que aburrido sería el mundo.

Te platico del evento que me convocas a comentar, agregando que me la pones difícil porque es muy cercano, pero me gusta el juego que propones.

Aquella mesa fue la presentación del proyecto Archivo Activo en el MUAC. Cuando Pinto mi Raya cumplió 20 años, Víctor y yo solicitamos y nos dieron una beca de Fundación Bancomer para realizar actualizar 10 de nuestros compendios, digitalizarlos y donarlos a universidades y museos, entre ellos el MUAC.

En aquel momento Pilar García dirigía Arkehia, el centro de documentación del MUAC, fue la moderadora. Admiro mucho su trabajo porque durante su gestión se logró que los archivos del MUAC entraran a la institución como patrimonio universitario, lo que les da una protección legal que no tiene ningún otro archivo de arte contemporáneo en México.

Las dos ponentes fueron Sol Henaro y Pilar Villela. Como dije esa noche, estábamos arropados por dos pilares y un sol: tres amigas muy queridas y por quienes además tenemos un enorme respeto profesional. A Sol creo que la conocí cuando todavía estaba estudiando en el Claustro de Sor Juana o poquito después porque estaba clavada en el trabajo de la generación de Los Grupos, particularmente de Melquiades Herrera. Ella curó una de las mejores exposiciones que he visto de él y le debemos el único libro sobre el célebre performancero, así como la exposición sobre el No Grupo: un zangoloteo al corsé artístico del 2010. Y a Pilar Villela la conocí hará 20 años, cuando participó en uno de los primeros festivales de performance en Ex Teresa y desde entonces me interesó su trabajo. Ya después estuvo en uno de mis talleres y desde entonces, además de que la quiero un montón, soy su fan como artista, como crítica y como persona.

No recuerdo todo lo que sucedió esa noche, pero en determinado momento hubo cierta tensión por las críticas que hace Sol en su texto (que Víctor específicamente le había pedido que hiciera para que no fuera una reunión de puros cumplidos y nos sirviera para mejorar) y porque Pilar Villela cuestionó que Archivo Activo entraría al centro de documentación y no a la colección, negando su calidad de “obra”. Se puso bueno el asunto. Por algo en mi exposición están tanto la colección Raya: crítica, crónica y debate en las artes visuales (que es lo que generalmente se conoce como el archivo de Pinto mi Raya), como Archivo Activo, expuestos con su debido capelo encima: los disfrazamos de arte para ver si así los aceptan.  

Archivo Activo lo presentamos muchas veces y en muchos lugares porque ya anteriormente, en un proyecto que se llamó Hurgando en el archivo y que también nos apoyó la Fundación Bancomer, habíamos hecho varios compendios (todavía en papel) y los habíamos donado a bibliotecas de escuelas de arte y museos. Con el tiempo nos dimos cuenta que llegaban a las instituciones, pero los estudiantes ni siquiera se daban cuenta que ahí estaban, por lo que en el siguiente proyecto, cada vez que donábamos un archivo, íbamos a presentarlo y dar una conferencia para que maestros y alumnos estuvieran al tanto. La chamba de hacer y reactivar archivos nunca acaba.

Por lo pronto te dejo porque me voy a ir a dar un muy merecido masajito, pero me gustaría pedirte que me digas qué piezas en la exposición, especialmente de las que son de carácter efímero, crees que podrían haber estado expuestas de otra manera. Una chava que se llama Nika Chilewichhizo una crítica a la exposición que me hizo pensar mucho. Su crítica está particularmente enfocada a Traducciones.

Por cierto, hablando de textos, te viste muy generosa compartiendo la autoría de la palabra “retrocolectiva” conmigo, porque si bien surge de nuestra conversación, es toditita tuya. Por lo pronto, ya se la están apropiando otras personas. Te mando un enorme abrazo y nos vemos pronto.

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