Martes, 12 Enero 2016 09:45

LAS VÍRGENES

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virgen
Mónica Mayer
Nuestra Señora
Grafito y tinta sobre papel de china
Políptico de 7 elementos, 29.4 x 28.1 cm c/u
1977-78
 
Una de las cosas que más me sorprendió cuando llegué a estudiar al Woman’s Building en Los Ángeles a finales de los 70’s fue la interpretación de algunas de las maestras y alumnas, de la Virgen de Guadalupe.
Si bien me parecía congruente que artistas chicanas como Yolanda López trabajaran con la imagen de la guadalupana en un contexto hostil hacia la cultura mexicana porque la estaban recuperando desde una postura crítica en términos de género, me parecía extraño que las feministas blancas tomaran a la Virgen como una imagen de “La Diosa” y la idolatraran en sus altares setenteros sin detenerse a reflexionar sobre lo que implicaba en otros contextos. Para mí, la Guadalupana, por excelencia la madre buena y abnegada, era la representación más contundente del estereotipo de mujer más pernicioso de mi cultura.
Naturalmente, respingué, y lo hice a través de dos series de dibujos: Nuestra señora y La Dolorosa.

Dolorosa 2

Mónica Mayer
La Dolorosa
Fotocopia intervenida
Plíptico de 6 piezas 75 x 56 cms. c/u
1978-79
 
Nuestra Señora incluye 7 dibujos en los que una virgen se va liberando del pesado vestuario que le impide moverse. Cada dibujo incluye el nombre de la virgen que representa: Nuestra señora del patriarcado, Nuestra señora cuyos ojos se están abriendo, Nuestra señora de sumisión, Nuestra señora de la cama tiesa, Nuestra señora de la timidez, Nuestra señora de la opresión y Nuestra señora del viaje. Para mí es una reflexión sobre las formas en las que, al crecer en una cultura católica, había internalizado este estereotipo. 

La Dolorosa es una pieza de seis elementos, integrados por un dibujo y dos fotocopias del mismo que progresivamente se doblan y después rompen. Para hacerla, utilicé una fotografía que le tomé a una caja de limosnas con la imagen de la Virgen, en una iglesia en Oaxaca que me pareció particularmente significativa porque estaba encadenada. La pieza plantea que obligarnos a ser buenas y abnegadas, es una violación a nuestra libertad como seres humanos.

Presenté ambas series en el Woman’s Building y pasaron sin pena ni gloria, pero también las expuse en 1980 en México y me las censuraron.

Ya estando montada e inaugurada la exposición, me llamaron del Anglo para avisarme que habían desmontado La Dolorosa por quejas de los padres de familia. Sorprendida, pedí hablar con las quejosas para entender su punto de vista. La señora que se molestó aceptó hablar conmigo y cuando le expuse mis ideas, me dijo que no cuestionaba mis ideas, pero no debía usar “la imagen”. En ese momento entendí que, así como los doctores trabajan con sangre y no se impresionan, hay para quienes las imágenes tienen un poder mágico, aunque para los artistas sean simples elementos simbólicos con los que trabajamos.

Como en ese momento no buscaba provocar sino plantear una postura crítica, esta experiencia me llevó a tomarme una serie de fotografías usando un rebozo y cargando a mi pequeño hijo, lo cual inevitablemente aludía a la Virgen, pero sin usar una imagen antigua considerada sagrada. A partir de esas fotos hice la serie Diario de las violencias cotidianas, que pueden ver en el siguiente núcleo.

En la exposición Rayando: dibujos de Mónica Mayer. Un ensayo a tres voces en el Museo de Mujeres Artistas en internet hay más imágenes de estas series. 

                        SILENCIOS VIRGENES001  SILENCIOS VIRGENES003

La invitación a la exposición, que se llevó a cabo en el entonces Instituto Anglo Mexicano de Cultura AC.

En aquella ocasión, Eli Barta, que trabajaba en  el Unomasuno, sacó una nota hablando de la exposición y denunciando la censura.

Curiosamente, le mocharon el cacho que hablaba de la censura. Ni tarda ni perezosa, escribí una carta al periódico.

SILENCIOS VIRGENES005

 

Modificado el Viernes, 06 Enero 2017 13:19