Si tiene dudas...pregunte. El blog.
2015 - 2017
Este blog se planteó desde un principio como una de las piezas de la exposición. En él se documentan las obras objetuales que se presentaron en la exposición, las activaciones, las piezas nuevas hechas para la muestra y los eventos educativos.
Los textos los escribió Mónica Mayer y el diseño del blog es de Alejandra Sánchez.
El blog incluye 82 textos.
Pocas personas conocen mi trabajo tan a fondo como Julia Antivilo. Nos conocimos cuando ella estaba haciendo la investigación para su maestría sobre arte feminista latinoamericano y seguí de cerca su trabajo hasta el doctorado, hemos compartido foros como performanceras, trabajó varios meses en el archivo de Pinto mi Raya y en los últimos meses ella y Katnira Bello leyeron todos mis diarios, cartas y conferencias con miras a publicar un libro.
El Recorrido con Invitado Especial que condujo Julia de mi exposición en el MUAC el 30 de junio de 2016 se centró en mis textos. Ella colocó varias estaciones a lo largo de la exposición con fotocopias de mis textos relacionados a las piezas. También se vistió con mis palabras. Invitó al público a leer fragmentos de los textos, develando algunas de las ideas que están detrás de la obra. Ella leyó otros. A lo largo del recorrido la acompañó Iber Aracena con su acordeón y Julia nos deleitó con canciones como Gracias a la Vida de Violeta Parra, que refleja perfectamente una época y un sentir que conozco bien.
Aquí les dejo un fragmentito del sonido del performance de Julia.
Y uno de los textos de los que leyó.
Lo que más me gusta de estos recorridos con invitado especial es que son comentarios sobre la obra de una artista, desde la de otra. Hay simbiosis.
Aquí vemos a Víctor de impertinente documentando. Este material en video, así como la cinta con toda la visita se encuentran en el archivo de Pinto mi Raya.
Y aquí vemos al público leyendo los textos. A la izquierda María Elena Matadamas, a quien conocí cuando entré a escribir a El Universal en donde ella era reportera y donde después fue editora de la sección cultural. A la derecha Rita Hernández, quien participó en el taller de El Tendedero y fue parte importante del equipo que lo realizó.
Hasta a mí me tocó leer un fragmento de mi diario cuando estudié en el Woman’s Building en Los Ángeles. Julia habló de mi formación, de la relación con mi madre y las obras que abordan el tema, del trabajo que hemos realizado juntos Víctor y del tejido que hemos ido construyendo. También mencionó de nuestro archivo y los temas que hemos compilado, así como de piezas como Yo no celebro ni conmemoro guerras.
El público mirando hacia lo que apuntaba Julia.
Julia reactivando la pieza Abrazos.
Le agradezco a Julia el regalo de ver mi obra y el regalo de ser mi amiga.
Aquí les dejo un regalito para los apasionados del archivo: el boceto de Julia para el recorrido.
Mónica Mayer 2017.
Los últimos días de la exposición, especialmente los fines de semana en los que había un gentío en el museo por la exposición de Anish Kapoor, me dio por sacar un banquito debajo de la fotografía de la veladora del FONCA a la salida de la muestra y sentarme con mi letrero de Si tiene dudas… pregunte para platicar con el público. Como saben, este letrerito es de mi Performance parásito en el que me paro junto a otros performanceros, por lo que esta es una pieza parásita de la exposición.
La experiencia fue muy enriquecedora.
Hubo desde personas que me veían con mi letrero y me preguntaban dónde estaba el baño (cosa que respondía con gran certeza), hasta quienes se sentaban un ratote a hablar sobre arte o feminismo.
También pasaban amigos y colegas con quienes cotorreaba el punto y no faltó la hija de un compañero de primaria que no he visto en 50 años o compañeros de escuela de mis hijos canosos y barbones. Varias personas simplemente me quisieron abrazar.
Me tocó platicar con estudiantes, diplomáticos, mamás y papás, artistas, feministas, científicos, contadores, funcionarios y maestros de todas edades. Venían solos o en grupo. Hablé con un jovencito que me dijo angustiado que nunca había pensado que los piropos fueran violentos, una chamaquita de una secundaria en Ecatepec que me platicó que estaban haciendo una obra de teatro sobre violencia de género y varias personas que me contaron experiencias muy personales.
Cuando no había personas me dediqué a observar al público. La gran mayoría de las personas recorría esta y otras muestras como si estuvieran en un centro comercial viendo aparadores. Su mirada iba por encimita y cuando salían pasaba por encima de mi cabeza y ni siquiera me veían.
Un cierto porcentaje de la exposición se clavaba en las piezas, caminando de atrás para adelante como para releer cada obra con la nueva información que tenían después de ver otras. Unos cuantos leían y leían y leían, veían y veían y veían. A la salida se sentaban a platicar conmigo largo y tendido. Nos tomábamos selfies.
Un último grupo que me sorprendió es el de personas que traían cámaras profesionales: ellos y ellas siempre salían y me reconocían. Yo supongo que su mirada está más entrenada y a lo largo de la exposición habían visto las fotografías con más atención.
Mi obra difícilmente se vende pero este tipo de experiencias me hacen sentirme ampliamente retribuida.
Mónica Mayer, 2017
Pinto mi Raya se inauguró con la exposición Algo como el agua en la que Víctor Lerma y yo presentamos dibujos o muy grandes o muy chicos cuyo tema era el agua. Mi trabajo de ese momento es parte de la serie Los naufragios del cuerpo.
No sé qué decir sobre estas piezas. ¿Qué son sobre la zozobra? ¿Qué tienen que ver con soltar el control y dejarse ir? ¿Qué se refieren a la destrucción y la resiliencia? ¿A la vida y a muerte? ¿A la vulnerabilidad? ¿Al erotismo?
Al igual que el trabajo que hice en torno a la maternidad en el proyecto Novela rosa o me agarró el arquetipo que tuvo su contraparte performática en el proyecto ¡MADRES! que trabajamos en Polvo de Gallina Negra, esta serie se da de manera paralela a la formación de Pinto mi Raya y al performance Boda Falsa. En este, como en muchos otros proyectos, me acerco al tema desde una multiplicidad de enfoques. A veces uso diversos soportes artísticos y en ocasiones integro elementos de texto y activismo. Creo que si tuviera que definir lo que hago como artista sería borrar límites y fronteras entre arte y vida, entre disciplinas y enfoques artísticos.
Esta es una imagen de la exposición en Pinto mi Raya y abajo les comparto el texto que escribió en aquel entonces Carlos Blas Galindo.
Los dibujos de gran formato de esta serie se han presentado en varias exposiciones como Dibujo de Mujeres Contemporáneas en el Museo de Arte Moderno en 1990 al cual me refiero en un texto sobre las exposiciones de mujeres artistas y en el Salón de Triunfadores, curado por Raquel Tibol.
Mónica Mayer, 2016
Esta es una de mis series de dibujos favoritas. La empecé a hacer en 1982, poco después de que naciera mi hijo.
Al principio los dibujos eran chiquititos. No me daban ni el tiempo ni la cabeza para más. Pero mi bebé y la serie siguieron creciendo.
Estos dibujos se refieren a la tiranía del trabajo doméstico, que me resultó particularmente implacable cuando tenía hijos pequeños. Se pueden dejar los platos sin lavar o la ropa de los grandes sucia, pero cuidar a un chiquito requiere una atención constante, todos los días y a todas horas. Dos adultos no nos dábamos abasto para trabajar, ser papás y hacer nuestra obra.
En esta serie también empecé a usar mi imagen, con un rebozo, para evitar el enfrentamiento que tuve años antes, en el Instituto Anglo Mexicano de Cultura, cuando presenté una serie en la que utilizaba la imagen de La Dolorosa y me la censuraron.
Si quieren más información la pueden encontrar en este mismo blog, en la entrada que habla sobre los dibujos de Las Vírgenes, que encuentran aquí.
Como alguien que también hacía performance, utilizar mi imagen me resultaba natural, pero además fue una forma de centrar la reflexión en las ideas que me interesaban y no en la confrontación que resulta al utilizar símbolos religiosos en una cultura tradicional, lo que lleva a la solidificación de estas ideas, a posturas radicales y a la imposibilidad del diálogo. Si bien entiendo que la confrontación a veces es inevitable, como estrategia política a largo plazo siempre favoreceré el diálogo, que a la larga puede llevar a cambios más duraderos.
Mónica Mayer, 2016
Esta serie la hice cuando mi primogénito estaba chiquitito. No sé qué más decir sobre estas piezas. No recuerdo anécdotas específicas que me hayan llevado a hacerlas, sólo sensaciones físicas. Para ellas no hice investigación alguna sobre el tema de la maternidad, como sí sucedió posteriormente en todos mis trabajos de la exposición Novela rosa o me agarró el arquetipo, algunos de los cuales se incluyeron en la muestra. Simplemente hablaban de la maternidad como la viví y como me transformó.
Mónica Mayer, 2016
La pieza, como tantos de mis trabajos, tiene varias capas y diversos elementos. Empezó como el Taller de activismo y arte feminista y de ahí salió la Protesta del día después que fue un performance/manifestación el 11 de mayo de 2012 en el que cada participante protestaba sobre distintas problemáticas en torno a la maternidad. A la vez se reunieron respuestas a la frase Una maternidad secuestrada es: en las redes sociales y ha seguido muy activo un grupo en Facebook con la participación de más de 1200 personas.
En la exposición en el MUAC se presentó una instalación documental de esta pieza y se reactivó invitando al público a responder en una computadora así como en múltiples ocasiones en las que se invitó al público a integrarse a esta marcha tomando una consigna en torno a la maternidad que tenía que ver específicamente con el medio cultural, poniéndose un delantal, tomándose una foto frente a las imágenes de la manifestación original y subiéndola a las redes.
La información completa de la pieza original la encuentran aquí y de la reactivación del proyecto en el museo aquí.
Mónica Mayer, 2017