Fotos Nimrod Gershoni
Abrazos es un performance participativo que empezamos Víctor Lerma y yo en 2008, cuando nos invitaron aI Festival de Performance México-Transilvania en Rumanía y que también presentamos en 2009 en el Festival ZAZ en Israel. Aquí la documentación de la pieza original.
Como Pinto mi Raya es un proyecto muy local, pensado para nuestra comunidad y además creemos que 80% de un trabajo es su contexto, cuando aceptamos ir a otro país proponemos acciones básicas de encuentro como ir a decir quiénes somos o llevar un abrazo. Son pequeños puentes. Tratamos de evitar proyectos turísticos, de esos en los que los artistas van a otra parte del mundo y en tres días hacen un trabajo sobre esa comunidad. De igual forma procuramos alejarnos de proyectos de corte asistencialista.
En 2008 nos metimos a FB, que cada día agarraba más fuerza, y empezamos a utilizarlo para desarrollar proyectos artísticos. Para Abrazos les pedimos a nuestros amigos que nos compartieran la historia de uno que hubiera sido significativo para ellos para ir a dárselo a alguien del otro lado del charco. Poco antes habíamos tomado algunos talleres de cuenta cuentos, disciplina análoga al performance en tanto que no hay personajes sino personas frente al público y esta pieza nos permitió jugar un poco estas ideas.
Presentar Abrazos en la exposición en el MUAC en este 2016 nos planteó el reto de mostrar una acción que involucra totalmente al cuerpo del público en un museo. Colgar la documentación fotográfica del performance nada más no daba el ancho por lo que decidimos diseñar unos gafetes con las historias de los abrazos, para que el público se los pusiera e hiciera la pieza por su cuenta o con los Enlaces, que son los jóvenes de servicios educativos que apoyan a los visitantes en el museo. La idea de que fueran gafetes viene de nuestro proyecto La de mayo: Garden Exhibition, una exposición/performance que hicimos en 1999 en la cual al entrar el público se ponía un gafete con la obra expuesta y tenía que acercarse a los demás para ver el resto de la exposición.
Foto Oliver Santan
En la muestra hay 13 gafetes con 5 historias de abrazos cada uno.
Originalmente la idea era que el público se los pusiera y fuera a darle el abrazo a otra persona en laexposición, pero decidí sólo activarla personalmente o a través de los Enlaces para evitar algún malentendido o un posible caso de acoso.
La primera reactivación de la pieza fue durante la inauguración, cuando un grupo de cómplices nos ayudó llegando vestidos de negro, poniéndose los gafetes y compartiendo las historias y los abrazos.
En mi primer recorrido seguimos ese mismo formato, pero la pieza fue agarrando su propio caminito gracias a las sugerencias de los Enlaces. En versiones subsecuentes nos pusimos en círculo, leyéndolos colectivamente, lo cual permite escuchar varias historias y que cada persona dé y reciba y abrazo.
Desde un principio la pieza ha resultado muy emotiva. De hecho, me gustan más las versiones que hemos hecho en México que las que fuimos a hacer a otros países. Casi siempre hay alguien que llora cuando lee algún abrazo que le toca fibras personales, pero invariablemente hay rostros felices y el ambiente en el grupo se hace más cálido.
Foto: Ulises Valderrama
A lo largo de los meses yo he conducido la pieza en más de 40 ocasiones y los Enlaces otras tantas. Han sucedido cosas sorprendentes. En ocasiones las personas deciden compartir un abrazo personal en lugar de leer una de las de los gafetes, a veces son abrazos secos y otros eternos.
Quizá el que recuerdo con más afecto es el día que llegó mi colega performancera Diana Olalde a uno de los recorridos y casualmente le tocó el abrazo que ella nos había enviado años antes. Lo leyó, lo dio y fue muy emotivo.
Todas las fotos que no traen crédito son de Mónica Mayer
Mónica Mayer, 2016
No recuerdo de quien es esta imagen durante uno de los Tours, pero me pareció divertidísima.
A veces una pieza es otra cosa y, de repente, cuaja como obra. Esta es la historia de Si tiene dudas… el tour.
Empecemos por el principio.
El espíritu de esta exposición está en su título. Si tiene dudas… es el texto que uso en mi Performance parásito, pieza que he venido realizando por mi cuenta o con Víctor Lerma desde 2005 y en la cual nos paramos junto a otro performanceros trabajando con una pancartita con dicho escrito para dialogar con el público. Originalmente el objetivo de la pieza era tender un puente entre artistas y espectadores pero desde la primera presentación me di cuenta que lo importante es que era una forma de aprender a ver a través de los ojo de otros.
IV Encuentro de Arte Corporal, Venezuela, 2008 Probador: resignificando las fronteras del cuerpo, 2011, Casa Vecina
El título de la muestra también incluye la palabra retrocolectiva, acuñada por la crítica e investigadora de arte feminista argentina María Laura Rosa cuando le comenté que estábamos haciendo una retrospectiva y me dijo que cómo era posible, si tantos de mis trabajos eran colectivos, en colaboración o participativos. La curaduría de Karen Cordero, cuyo planteamiento es abiertamente feminista, subraya estas formas de trabajo, así como los vasos comunicantes con otras artistas: el arte como un proceso colectivo y no como la creación de un “genio”.
Otra característica de la expo, es que Cordero y yo concebimos la exposición como un medio, no como un fin. En otras palabras, es una acción, en términos de Hannah Arendt, cuyo objetivo es echar a andar procesos. Es un acto político. Por lo mismo, la exposición ha tenido un nutridísimo programa “paralelo”, que es parte integra de su concepción, incluyendo cosas como el Editatón de Mujeres Artistas 2016, el Apapacho Estético realizado en colaboración con las Brigadas de Belleza Itinerante, las conferencias magistrales impartidas por Andrea Giunta y María Laura Rosa y los paneles con Selene Preciado, Erin McCutcheon, Pepe Álvarez Colón y Julianne Gilland, las visitas guiadas de Víctor Lerma, Julia Antivilo, Katnira Bello y Marisol Gasé, etc. Existe una creencia muy generalizada de que cuando el arte político entra al museo, pierde potencia. Yo estoy convencida de que esto sólo sucede cuando abandonamos las obras a su suerte, como si los museos fueran panteones o guarderías, pero hay formas de trabajarlas para que pase lo contrario.
En este sentido, desde un principio planeamos hacer una serie de visitas al archivo de Pinto mi Raya, en donde yo haría mi performance El Tour, que es un recorrido por ciertos documentos del archivo para crear una narrativa y forma parte del proyecto Visita al Archivo de Pinto mi raya. Sin embargo, una vez inaugurada la exposición vi que era absurdo hacer esta pieza en las instalaciones de Pinto mi Raya porque muchos de los documentos que hubiera utilizado estaban en el MUAC. Además, el presentar tantos performances al museo me estaba irritando porque, aunque desarrollamos diversas estrategias para no limitarnos a la clásica foto o video documental que invariablemente achata la obra, me surgió un antojo incontrolable de vengarme y performancear la exposición. Así nació Si tiene dudas…El Tour.
Foto Ulises Valderrama
Como dije al principio, para mí, a veces una cosa como un taller o una conferencia es un performance, a veces no. Esto no necesariamente tiene que ver con la parafernalia que uso durante el evento o algo que haga yo de manera diferente, sino de la congruencia que tiene dentro de ese proyecto en particular. Por ejemplo, en Maternidades secuestradas, todo el proceso fue parte de la pieza. A veces, acciones hechas a lo largo de los años, como en la pieza Las bodas y el divorcio acaban aglomerándose y formando un conjunto que considero una obra.
En el caso de Si tiene dudas…El Tour, empecé planteando un simple recorrido de la exposición, pero después del primero recorrido me di cuenta que, como en el Performance Parásito, la interacción con el público me permitía acercarme a mi propio trabajo de otra manera y me divertía un montón. A partir de ese momento asumí los recorridos como pieza.
A la fecha (16 de junio de 2016) he realizado 40 performances. Todos son distintos y todos me regalan algo.
Foto Rogelio Barreiro
La primerititita visita fue con un grupo de estudiantes del seminario “Creación, distribución, consumo y representación/significación de los géneros en la cultura” de Estudios de la Mujer en la UAM. ¿Qué más podía pedir? Después de la mayoría de los recorridos que duran como hora y media nos sentamos otra hora más a platicar en El Ágora.
Fotos Ulises Valderrama
Con el grupo del curso Creadoras latinoamericanas: literatura y cine de postvanguardias de Yanna Hadatty Mora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Entre otros, he recibido grupos del COLMEX, de la Ibero, de varias carreras de la UNAM, incluyendo Ciencias Políticas y varios de la FAD, de la Esmeralda, el Instituto de Artes de la UAEH, de la Ibero, del PUEG, de programas de televisión como Luchadoras o de radio como el programa CONTACTO, de patrocinadores de la muestra, amigos del museo, grupos de feministas, etc. Foto Lourdes Almeida
Durante estos recorridos invariablemente se reactivan tres piezas: El Tendedero, Maternidades Secuestradas y Abrazos. De eso iré platicando más adelante.
Para cuando termine la exposición espero haber dado 50 tours.
Me cuentan en el museo que hasta ahora ningún otro artista había dado tantos recorridos de la exposición. Quizá eso es sorprendente, pero creo que quien conozca un poco mi trabajo puede ver que no podía ser de otra manera.
Posdata: En total realicé 52 tours de la exposición.
El feminismo es uno de tantos conceptos que me ha demostrado que no hay dicotomía alguna entre teoría y práctica; que el pensamiento es acción y la acción, manifestación de procesos conceptuales. Re-analizar nuestro presente y nuestras formas de convivencia, necesariamente nos hace mirar el mundo, relacionarnos con nuestro contexto de forma distinta y tomar partido frente a actos que antes ni siquiera hubiéramos cuestionado.
Este proceso de aprendizaje sin duda se vuelve mucho más complejo y enriquecedor cuando se practica en colectivo. Las relaciones que se generan a partir de comentar un tema, compartir los puntos de vista y las discusiones ayudan a construir un conocimiento más complejo. Que no sólo es individual, sino también comunitario. Siempre he sido partidaria de la frase: dos cabezas piensan mejor que una. Todo puede ser posible cuando dos personas se juntan.
El taller “El Tendedero” gestado por el MUAC e impartido por Mónica Mayer, en diálogo con su exposición “Si tiene dudas…” ha trabajado en ese sentido: busca la construcción de acciones y proyectos personales a partir del intercambio de saberes y experiencias entre las integrantes. Una puede entender el feminismo cuando lee teoría, pero es en el ir y venir de las dinámicas -que consisten en escuchar y compartir-, cuando se comprende, se corporiza y se descubre el valor y potencialidad de las relaciones sociales.
Es en ese contexto en el que nace el proyecto Tejiendo Cómplices: una iniciativa colectiva que busca activar los vínculos sociales invisibilizados para que el rechazo al acoso sexual callejero sea denunciado. El objetivo es que tanto la acosada como el testigo asuman el papel determinante que cada uno juega para frenar este tipo de violencia. Creemos que la sensación de acompañamiento, de complicidad, es fundamental para empoderarnos y ACTUAR en contra del acoso, en contra de la indiferencia al otro.
Tejiendo cómplices, ante todo, trabaja con un discurso que apuesta por lo íntimo, (lo personal es político) tomando distancia de señalamientos agresivos. Se suma a las propuestas prácticas y activas para acabar con el acoso sexual sin perder de vista que se busca generar relaciones, activar vínculos y crear complicidades.
La iniciativa funciona por medio de dos dispositivos de encuentro. El primero es a través de una carta que se reparte o “abandona” aleatoriamente en un lugar para que sea recogida y leída por una mujer. La carta comienza con un lenguaje íntimo, que comparte un mensaje creado a partir de una serie de experiencias personales relacionadas con el acoso sexual: busca la empatía y el reconocimiento del acoso como un acto agresivo que debe dejar de ser normalizado. Se invita a la lectora a que le pase la carta a otra mujer, dejando manifiesto que hay que señalar el acoso sexual cuando se suscite, aunque la mujer que resulte agredida en el momento, le sea desconocida. “Hoy por mí, mañana por ti”.
Foto: Nancy García Díaz
El segundo dispositivo es una experiencia presencial en el que se interviene un espacio público para decir el discurso, con la misma lógica que el de la carta, directamente a las mujeres. Personalmente, esta experiencia ha sido la que más me ha llamado la atención pues, al estar en una relación directa, se puede observar realmente qué efecto genera el discurso en el interlocutor. Es claro y comprensible que al momento de acercarse a una desconocida, esta genera actos de defensa, pero una vez que cede para escuchar y las palabras empiezan a fluir, los muros de protección y las sonrisas tímidas se desvanecen ante el reconocimiento del acoso sexual. La comprensión del fenómeno en su persona y las implicaciones que tiene en nuestro modo de andar por la calle y de relacionarnos con los demás, suscita empatía.
Foto: Mónica Mayer
Para mí, es ahí donde radica la importancia del proyecto: en esa mirada entre dos extrañas seguida por un “sí” como respuesta a la pregunta: Yo te defendería, ¿harías lo mismo por mí? Esto no es más que un gesto de amor entre desconocidas que comprueba que la sororidad, entre otros valores de relación social, por más invisibilizada que esté, está latente y viva. Qué importa que la interlocutora haya oído hablar del feminismo o no, lo practica con una mirada de complicidad y enunciando un “sí”.
Por último, me gustaría recalcar la pertinencia de acciones como las que Tejiendo cómplices propone, en especial en el contexto en que se encuentra nuestro país, el cual está separado por la ola de violencia, en donde no vemos obligados cada vez más a relacionarnos con desconfianza, fomentando la individualización. Tejiendo Cómplices apuesta no sólo por acabar con el acoso sexual callejero, sino por regenerar el tejido social, proponiendo formas distintas, que parten del afecto y empatía, de relacionarnos. Con “proponer formas distintas” me refiero a hacer un ejercicio de re-descubrir la otredad y lo que pueden llegar a lograr dos seres unidos por un objetivo común, lo que puede llegar a lograr la complicidad.
Junio 2016.
El tendedero (respuestas), 2016
Serie Tapices, acuarela
Lo normal, postales
Serie Nuestra Señora..., dibujo
Serie La dolorosa, dibujo
Carro alegórico para manifestación, Suzanne Lacy
Docucuentos, gráfica digital y dibujo, 2001
Maternidades secuestradas, instalación de 2016
Boda a 10 años de la boda, performance, con Víctor Lerma
Dualidad virtual, performance, Japón
Ni tu título ni mi título, performance, casa de la niña, con Víctor Lerma
Diario de las violencias cotidianas, gráfica digital y dibujo
Fotografías de proceso
Huesitos, performance, ex-Teresa
Kissing, en intalación A fin de cuentas no nos interesa ni la masa ni el poder, Museo de Arte Moderno
Sororidad
Reconocimiento mutuo, plural y colectivo entre mujeres
El Destendedero en la movilización nacional contra las violencias machistas. El 24 de Abril se llevó a cabo la marcha contra las violencias machistas.
La cita fue en el Monumento a la revolución, donde llegaron contingentes desde Ecatepec, Estado de México, uno de los más inseguros y con mayor índice de violencia de género. Yo asistí acompañando al contingente de “El destendero”.
Ya en el monumento a la revolución se organizaban los contingentes en espera de la llegada de las compañeras mexiquenses. Contingente el Destendedero extendiendo la pieza.
Marchamos junto al contingente de Amnistía Internacional, que tenían miembro muy activos y entusiastas, me llamó la atención cómo todos, hombre y mujeres por igual, gritaban con energía todas las consignas. “Desnudas o vestidas se respeta nuestra vida”.
El destendedero consiste en un tendedero en el que se colgaron cartas.
Misma que se entregaba a los peatones que observaban la marcha.
Entregando cartas.
Era un día soleado, entre sombras de jacarandas, sombrillas y sombreros, caminamos 7000 asistentes.
El contingente estuvo formado principalmente por las integrantes del Taller El Tendedero, quienes llevaban la voz cantante de las consignas. Integrante del taller de “el tendedero”...
de Mónica Mayer. En la foto Mónica Mayer y Karen Cordero.
En su mayoría son mujeres jóvenes. En dirección a la Victoria alada, mejor conocido como el ángel de la independencia. Integrante del taller de “el tendedero”...
aunque contó con otras cómplices...
amigas, madres, hermanas, compañeras y compañeros. Llegué acompañada de mi madre, con quien nunca había ido a una marcha, ella estuvo entusiasta y siempre dispuesta a ayudar, de hecho fue por su propia iniciativa a la marcha y tomó acción en ella preguntando al grupo como podía ayudar.
Integrantes del Contingente “El destendedero”.
Fue una manifestación pacífica, había personas limpiado lo que dejábamos los manifestantes, como las botellas vacías. Entre todas nos cuidábamos.
Peatones viendo la manifestación.
Había mucha energía y alegría por ver que no estamos solas ante las situaciones de acoso. Gritando las consignas. Al acoso hay que tenderlo y desptenderlo.
Intervención de monumentos del Paseo de la Reforma.
Manifestantes.
Manifestantes.
Manifestantes.
Joven eleva cartel con consigna. "El narcotráfico nos tortura y viola y el gobierno lo protege. #PorqueVivasNosQueremos"
Consignas de el destendedero, propuestas. “Ante el acoso: Campañas educativas”
La energía se mostraba en las risas, gritos, consignas y canciones. Consigna. “No quiero sentirme valiente cuando salgo a la calle, quiero ser libre”
Manifestantes. Madre e hija. “Porque vivir libre, segura y en paz, no es un privilegio, es un derecho, no más violencia hacia las mujeres”.
Manifestantes con consignas. “Con minifalda o pantalón, respétame cabrón”
Consignas. “El acoso no es halago. NO es NO”.
"Ante el acoso: Sororidad!" Consignas del destendedero.
Antes de llegar al Ángel, el contingente extendió el tendedero.
Tendedero extendido.
Miembros del contengente "El Destendedero".
Entrega de carta.
Entrega de carta.
Manifestantes en camino a la Victoria Alada.
Terminamos cansadas pero felices, por caminar bajo el sol, por gritar, por dejar salir la rabia y la impotencia de otros momentos, por sentir tanta energía, por estar embargados de la compañía. Desde ese día se ha estado repitiéndose en mi cabeza:
aplaudan, aplaudan,
no dejen de aplaudir
que el pinche machismo se tiene que morir
Fin
Aquí puede leerse la carta que repartíamos en la manifestación:
http://www.tejiendocomplices.blogspot.mx/2016/04/nuestra-carta.html
#Vivasnosqueremos